jueves, 15 de septiembre de 2022



Lloraba frente al espejo y lo hacía recordando aquel tiempo que me encontré a mí mismo. Sollozaba por aquella época que estuve solo, viviendo con mis miedos, pues estando solo aprendí a superarlos y empecé a ser consciente de mis propias capacidades. Habité mis propios anhelos, me habitué a vivir conmigo, sin aquellas cadenas que había arrastrado desde hace años y en la libertad de verme solo, fui dando rienda suelta a mis inquietudes. Crecí estudiando, pasando horas en aquella casa de La Laguna, desde donde veía el océano y las montañas y a lo lejos, la otra isla que me vio nacer. Añoro aquella vida, rodeado de gente que entraba y salía, de momentos compartidos, emociones y risas. Y cada vez que vuelvo, parece que una parte de esa vida me envuelve, pero siempre solo, sin ruidos externos, paseando y meditando a través del patrimonio de mis recuerdos. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario