Parece que discernir sobre un tema y
expresarlo por medio de argumentos, basado en hechos y fundamentos jurídicos,
no sirve de mucho para algunas personas, cuya única forma de disentir es por
medio del descalificativo. Y eso me ha pasado con el artículo que sacó el
Canarias 7 a raíz de mi queja sobre el exceso de decibelios en las Fiestas
Patronales de mi barrio. He visto algunos comentarios y ni me he molestado en
seguir leyendo, apreciaciones o expresiones indecorosas e insultantes sobre mí,
sin ni siquiera conocerme o simplemente esconderse detrás de un seudónimo para
amonestarme, imprecarme o menospreciarme. Y es que, ejerciendo mi derecho
constitucional, he elevado una cuestión, como esas preguntas ministeriales, que
deben contestar y preparar los Subdirectores Generales de cada Ministerio, ante
una demanda de un diputado en el Congreso de los Diputados.
Hay gente que se cree que las raíces
culturales o más bien, la pertenencia a un lugar está basada en celebraciones o
festejos que solo duran quince días al año. Eso no es así, la muestra sincera
de sentirse parte de una comunidad, se basa en otros aspectos más cotidianos,
menos ruidosos y más sigilosos. La manera de integrarse en un territorio y
darle valor es dar impulso a su patrimonio tangible material e inmaterial, su
historia, su memoria y lo consuetudinario. Eso solo se hace compartiendo con la
gente foránea, la importancia que le das al sitio de donde eres, a tus orígenes
y celebrarlo es invitar a tus más allegados a conocer tu entorno, ofrecerlo
como regalo de visibilidad y compromiso. Este acto se realiza o debe
realizarse, en lo cotidiano, comprando en la tienda de la esquina, en la
floristería donde adquieres flores para decorar tu casa, consumiendo esos
productos que se cultivan cerca y se venden en el mercado de los domingos,
beber y comer en los bares o restaurantes donde saborear platos tradicionales
como la carne de cabra o la ropa vieja de pulpo, un buen trozo de queso local y
una copa de vino.
A veces, simplemente, se trata de
regalar sin pedir nada a cambio, en un acto de acercamiento y de desapego con
elementos materiales que, para otros vecinos o vecinas, pueden tener un gran
significado. Viví once años fuera de mi pueblo, pero cuando volví
definitivamente, empecé a pasearlo como debía, gracias a dos perros y el primer
trabajo que conseguí, tras mi regreso, fue realizar la revisión del inventario
de bienes muebles de mi parroquia, pero en aquella época, el párroco no quiso
que lo hiciera. Mi madre, dejó de ir a las misas que organizaba pues un día se
inventó que él había realizado ese trabajo cuando en realidad, ya estaba
custodiado en los fondos del Gobierno de Canarias con mi nombre como su
principal ejecutor. Lo dejé pasar como tantas veces he hecho, dado que además
aquel párroco se fue, y ahora tenemos a otro.
En el año 2011, cuando a mi hermana
la llamaron para hacer el pregón de las fiestas, me pidió ayuda y por supuesto,
hice alusión al rico patrimonio de la Iglesia, incluyendo las piezas de
orfebrería que ese año habían estado expuestas en México. ¿Acaso eso no es una
forma de poner en valor el patrimonio del sitio donde me crie? El año pasado,
de manera espontánea, aparecieron dos sillas en la parada de guaguas que está
enfrente a la farmacia y de repente, hice una acción, coloqué un cartel
enmarcado que ponía "la marquesina invisible" junto una silla más,
una desplegable que me había comprado en Tenerife y con la que saqué mi carrera
de Historia de Arte.
Aquello fue un revulsivo, de repente,
la gente empezó a poner más sillas, entusiasmadas con esa idea. Duró muy poco,
pues alguien no sé si de la Comisión de Fiestas, de la Asociación de Vecinos o
incluso la concejala de Festejos le había parecido "tercermundista" y
la policía se lo llevó todo y lo tiró a la basura, eso fue el 25 de julio del
año pasado. Al enterarme que la Asociación de Vecinos a la cabeza su presidenta
había conseguido una marquesina no en el mismo sitio sino un poco más allá, fui
y le comenté simplemente que no era logro solo de ellos pues ya había un
precedente. Y esto no es sino el cúmulo de intenciones por reivindicar, la
mejora de infraestructuras del barrio pues hace años hice acopio de firmas para
pedir un servicio de guaguas más regular, pero todo quedó en moco de marrajo.
De igual manera, en una página me quejé que no había un paso de peatones de la
carretera que va a La Milagrosa y luego fue otra Asociación quien se llevó los
laureles. ¿Vale la pena tan esfuerzo cuando ciertos organismos locales parecen
reinos de Taifas? Las tres asociaciones que hay en esta zona son rivales entre
ellas y antagónicas. ¿Qué ha pasado después de haberme sacado el Canarias 7 un
artículo sobre mi denuncia por el exceso de decibelios? Pues probablemente
sufriré una inquina silenciosa, un linchamiento mediático que se esfumará como
como ese volador que explotó en el aire y fue a parar al contenedor de basura.
Si críticas las Fiestas Patronales
con su exceso de decibelios entonces no es eres de San Lorenzo, no y no. El
Mercado Agrícola de San Lorenzo agoniza, solo quedan seis o siete puestos de
los que había antes y siempre les pregunto cómo les va. En plenas fiestas,
suspendieron la Feria de Ganadería que es una tradición por la ola de calor,
pero no lo hicieron con los fuegos. Todos los domingos, había dos grupos
musicales que se alternaban cada semana, y ayudaban a amenizar el Mercado
Agrícola, un incentivo también para que los la gente del Municipio viniese a
comprar. Sin embargo, ya no hay grupos musicales pues no hay presupuesto, y no
empiezan a venir hasta noviembre ¿Y en que se ha gastado el dinero el
Consistorio? Al igual que otros puntos de la isla, como el de Santa María de
Guía, los Mercados Agrícolas abren sábados y domingos.
Los residentes de los chalets se han
quejado y presentando denuncias sobre la extracción de los áridos de La Cantera
que causa contaminación del aire y ruidos, cuya concesión es permitida por el
Gobierno de Canarias. ¿Cuál ha sido la jugada de la Asociación de Vecinos del
Lugar del Lugarejo? Mirar hacia otro lado como siempre, con argumentos que son
muy partidistas, hay intereses por medio. Esos residentes siempre están en el
punto de mira pues ya han presentado unas cuantas denuncias al respecto. Es indignante
como los comentarios de algunas personas de la vieja guardia, los tratan de
manera despectiva, con afirmaciones como:” …………..a los que han venido a vivir
aquí les digo que nadie las ha invitado a ello……..”. Aunque este personaje se
refiere a los festejos, en realidad, está denostando a unos ciudadanos que
pagan sus impuestos y tienen el derecho a mostrar su indignación. Es más fácil
echar balones fuera, hacer referencia sobre otros hechos menos significativos a
nivel local, pues la gente obtusa que no quiere entender, se empecine en
amenazar y desdeñar a quien protesta, sin ver su propia miseria, pues se sabe
que, en algunas ocasiones, este tipo de sujetos llevan una doble moral o son
literalmente “hipócritas”.
Es un grupúsculo de personas
malhadadas, de risa ladino y comentarios nada baladíes quienes pretenden a su
antojo, infravalorar a los vecinos y vecinas de un barrio con categoría de
“pueblo” en la memoria de todos, pese a que pretendan erigirse en portadores de
esa semblanza, se centran solo en quince días al año. Nosotros y nosotras,
quienes pagamos nuestros impuestos, contribuimos al desarrollo económico de
nuestro entorno, tenemos que enmudecer, ante su altanería, invitándonos a
construir unas vidas ¿Y cuál es la suya?
Y como parece que desconocen las
leyes democráticas que rigen la convivencia en nuestro país, les convido a
leerse el artículo 29 de la “Constitución Española” del año 1978 que recoge lo
siguiente:
Título I. De los derechos y deberes fundamentales:
Sección 1.ª De
los derechos fundamentales y de las libertades públicas
1.
Todos los españoles
tendrán el derecho de petición individual y colectiva, por escrito, en la forma
y con los efectos que determine la ley.
2.
Los miembros de las
Fuerzas o Institutos armados o de los Cuerpos sometidos a disciplina militar
podrán ejercer este derecho sólo individualmente y con arreglo a lo dispuesto
en su legislación específica.
¿Y qué hacer ante todo esto? ¿Me van
a condenar al ostracismo como en la Grecia Clásica de Clístenes, apuntando mi
nombre en trozos de cerámica con forma de concha? Yo les entrego las conchas
para poner mi nombre y que me condenen al exilio durante diez años, casi los
mismos que estuve formándome a nivel académico y profesional para labrarte un
futuro. Fue un viaje como el de Homero en la Ítaca de Kavafis pero todo apunta
a que debo huir, o quizás refugiarme entre las almenas de mi fortaleza, ante
los Lestrigones y otros demonios. Haré lo que algunos ciudadanos de este
“pueblo”, irse o exiliarse de manera voluntaria, no diez días sino quince, a
otro lugar para volver a su propio refugio, una vez que las trompetas de Jericó
se hayan acallado.
El 25 de agosto de 2025,
encontré una pintada intimidatoria en el muro de mi patio jardín que da a la
calle San Sebastián y ponía lo siguiente: “Las Fiestas no se tocan”, vulnerando
las leyes sobre la propiedad privada. En España,
las pintadas en tu casa se consideran un delito de daños, según el Código
Penal, ya que implican un deterioro o menoscabo de la propiedad. Para
denunciarlas, debes poner los hechos en conocimiento de la policía o del
juzgado de guardia, y en el propio procedimiento penal puedes reclamar los
costes de la reparación.
Pasos para presentar una denuncia
- Contacta a la
policía: Puedes
acudir a la comisaría de policía o al juzgado de guardia para interponer
una denuncia formal.
- Reúne pruebas: Es importante que tengas pruebas de las pintadas, como
fotografías.
- Solicita la
reparación: Como
parte de la denuncia, puedes reclamar la compensación económica para
reparar el daño causado y que la reparación del bien sea evaluada.
Consideraciones legales
- Código Penal:
Las pintadas en una pared de tu casa se pueden tipificar como un delito de
daños (artículo 263), que implica causar un menoscabo o deslucimiento a un
bien, lo cual genera un coste de reparación.
- Valor del daño:
Si el daño económico para reparar la pintada supera una cierta cantidad
(históricamente, se ha considerado la cantidad de 400€), el delito se
agrava; aunque este límite se ha ido ajustando en las reformas penales, se
le puede aplicar una pena de multa más allá del coste de la reparación.
- Antecedentes
penales:
Incluso si la pena es menor por el coste de la reparación, el autor de la
pintada quedará fichado con antecedentes penales
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