Liberarse de contratos del alma, de constelaciones familiares que arrastran patrones de conducta repetitivas basadas en la codicia y la mezquindad, solo pueden romperse mediante la autoconciencia, el perdón y el desapego, la acción y la reacción. Una parte puede desencadenarse en un momento dado pero hay otros contratos kármicos, que se dilatan en el tiempo, a los que hay que desafiar mediante la resiliencia, el pasado no es mi presente, vuestra ansia no debe ser mi ansiedad, pues en el camino de empoderarme como ser humano, está eliminar lastre y tener la capacidad de ser el arquitecto de mi propio destino.