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jueves, 7 de marzo de 2024


Hay roles que se heredan del pasado y se enquistan en el destino.  Este es mi Karma, el que no elegí y me corresponde, renunciando cada vez más a mi vida. Y sin embargo, quiero romper esa cadena pues mi cuerpo me ha llamado al descanso, solo quiero volar de nuevo hacia ese lugar, donde pueda desplegar alas de libertad.  El tiempo es otro, mi destino no es este, este dolor eterno, este cansancio y ansiedad que fluctúa y me desvanece. No deseo esta constelación, quiero ver otras estrellas en el horizonte, cantarle a la luna de plata, que solo deseo ser amado, de cualquier forma, lugar y sin pedir nada, solo un leve susurro en mis oídos: aquí estoy para ayudarte a sobrellevar esta carga y volemos juntos hacia Arcadia. 

 

viernes, 1 de marzo de 2024


 

Madre, vivo inmerso en tu propio proceso, en tus continuos reclamos y buscando siempre como estimular tu memoria. Una memoria que fluctúa entre el olvido momentáneo y la remembranza del pasado. Con una solo foto, intentas articular las palabras y añado cada historia en un hilo, en el tiempo y en el espacio. Ahora me toca guardar todos esos recuerdos guardados en cajas, en estancias compactas de pensamientos y frases. Es ahí donde debo vivir inmerso, cuidándote cada día, pues para eso el destino y la vida misma me ha vinculado. No hay premisa más evidente, el amor lo vivo desde la entrega, el sacrificio y la verdad que despliegan todas esas imágenes, una cartografía del tiempo.

sábado, 13 de mayo de 2023


 

Suspendido en el tiempo, en un lugar oscuro donde se desgrana el inconsciente. Es ahí, donde se equilibran las emociones y surge la imaginación en consonancia con la creatividad. La arena se desliza como esos miles de pensamientos que circundan la mente, hacia la deriva o el comienzo de un nuevo espacio temporal. Todo principio tiene un final y lo más importante, es ser consciente de tu propia existencia.

 

©Marcos Rivero Mentado

viernes, 12 de mayo de 2023


 

¿Quién marca el hilo del tiempo y la culminación del destino? Uno intenta enhebrarlo, pero a veces, no depende sino de las circunstancias, de los hacedores que manipulan el reloj de arena. ¿Qué nos queda entonces? Pues seguir tejiendo esa tela invisible y confeccionar nuestros sueños desde la creatividad, es ahí donde reside la cadena que nos une a nuestras esperanzas. En silencio, la rueca continúa recogiendo la madeja de hijo rojo, a la espera de encontrar su propio final.

 ©Marcos Rivero Mentado


lunes, 8 de mayo de 2023


 

Se miró en el espejo, pero no era por vanidad. Y al observar su reflejo, empezó a tener conciencia de si mismo como el niño que aprende jugando, desde la inocencia, con un espíritu puro y cristalino, ansioso por descubrir el mundo que lo circunda.  

 

©Marcos Rivero Mentado


 

¿Quién encadena a quién? ¿Quién adiestra al mono? El neoliberalismo nos encadena a la fatalidad, a la desigualdad, corrompe naciones y nos resta libertad. En nombre de ella, levanta los pilares y columnas de la democracia a costa de destruir la voluntad de otros pueblos. Somos reos de su ambicioso plan, restando nuestros derechos y afianzado nuestras vidas como un producto de obligado cumplimiento. Sus secuaces saben adiestrar a las masas, distraerlas en ese espectáculo circense que obnubila la mente. Encadenados simplemente encadenados por el dinero, al estatus quo de las ambiciones económicas por encima del bienestar común. ¿Seremos capaces de liberarnos alguna vez de esa cadena?

jueves, 15 de septiembre de 2022



Lloraba frente al espejo y lo hacía recordando aquel tiempo que me encontré a mí mismo. Sollozaba por aquella época que estuve solo, viviendo con mis miedos, pues estando solo aprendí a superarlos y empecé a ser consciente de mis propias capacidades. Habité mis propios anhelos, me habitué a vivir conmigo, sin aquellas cadenas que había arrastrado desde hace años y en la libertad de verme solo, fui dando rienda suelta a mis inquietudes. Crecí estudiando, pasando horas en aquella casa de La Laguna, desde donde veía el océano y las montañas y a lo lejos, la otra isla que me vio nacer. Añoro aquella vida, rodeado de gente que entraba y salía, de momentos compartidos, emociones y risas. Y cada vez que vuelvo, parece que una parte de esa vida me envuelve, pero siempre solo, sin ruidos externos, paseando y meditando a través del patrimonio de mis recuerdos.