Una
vez que te liberas de las cadenas de lo convencional y aceptas tus limitaciones, das vida a tus impulsos
reprimidos, si empiezas a controlarlos, serás capaz de doblegarlos. Desde la
sombra, la luz se puede atraer para llegar a discriminar esa máscara social y
conformista, los miedos desaparecen, la voluntad crece frente a la adversidad.
Te preparas para aceptarte a ti mismo, de camino hacia una imperfección que
solo se hace consciente con la crítica y el conocimiento. Entonces, estarás
dispuesto a seguir luchando, cuantas veces sea necesario, contra derrotas y
desilusiones, pero en cada una de ellas, hay una simple batalla ganada, la
conciencia de ser tú mismo.
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