Todo
empieza aquí, en este rostro cansado, bajo la mirada trémula de estos ojos
cansados. Me miro y busco en mi reflejo, los años perdidos, el niño que quiso
ser, el infante que no llego a verse a sí mismo, fragmentado por el dolor y la
pena. Tras un rato mirando ese momento reflejado, me vino la ensoñación, la
imagen de aquel niño que quiso ser mayor para olvidar su infancia pero el
hombre que está ahí, mi reflejo, es el mismo que se resiste a perder su inocencia.
El espejo es solo una ilusión de vida, una simple visión del otro y para
cruzarlo solo hay que cerrar la mirada hacía el otro espejo interior.
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