Soy
amante de la soledad, enamorado de la ausencia pues de ella, sueño con la
experiencia de viejos encuentros en aquellos pasillos, testimoniados por el
deseo entre caricias y besos. Esa
voluptuosidad la he ido perdiendo, en aquellos momentos encontrados, no anhelados
ni soñados, solo alcanzados por el azar. Y ahora que el deseo vaga por otros
círculos, cuando el amor no forma parte de mi existencia, me conformo con la
ensoñación de todas aquellas aventuras amatorias que son la suma de un amor
esquivo.
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