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miércoles, 7 de agosto de 2019



A veces, me siento evanescente o quizás debo serlo para entender la diferencia. Ya no es abatimiento, sino conciencia de ser uno mismo pese a los prejuicios, frente a la cosificación del cuerpo pero: ¿no es más fuerte aquel que siente su espíritu, indagando en el porqué de todo y la inestabilidad de la nada? Soy evanescente ante tus ojos y al deseo pero si me preguntas cuáles son mis recursos para sentirme vivo, te diré que solo la consistencia de sentirme diferente, hace que la evanescencia desaparezca. Entonces, el deseo solo es un alcance más dúctil que desear ser deseado pues no hay más ansia que alcanzar los sueños de camino a la inmortalidad.

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