Llevo
muchos años a solas contigo, deseando la sensualidad y la encontré conmigo, con
las caricias que buscan el pálpito. Mis manos friccionan cada parte de este
cuerpo bello, curvo, tallado con el orden no convencional, no sujeto a la
cosificación que establece una falsa ilusión de lo estético. El hedonismo solo lo
comprendo como esa búsqueda eterna de lo imperfecto, pues detrás de esa
imperfección, se encuentra el verdadero equilibrio de lo eternamente bello.
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