Madre, llevo el peso de tu dolor y
quiero liberarme. Estoy cansado e intento compensarlo con el amor pero hay
momentos que no puedo, necesito sentir que debo vivir. Te quiero. Sin embargo,
me veo solo aunque sé que no lo estoy y hay momentos que creo voy a perder la
cordura. Me cansa tanto egoísmo y tanta impudicia por parte de aquellas
personas que decían querernos pues nos abandonaron a nuestra suerte. Nos
tenemos el uno al otro pero a veces, no soporto tanta carga, no puedo ser
madre, ni padre, ya ni tan siquiera me siento hermano de quienes antepusieron
sus intrigas frente al amor. Me he ido liberando esos sentimientos oscuros, no
obstante, vuelven como sacos de arena atados a mi cintura para ahogarme en un
mar de lágrimas. En algunos momentos, no sé qué hacer y busco la serenidad. Me
he pasado gran parte de mi existencia cuidando de los míos, quiero sanarme pero
dime quién cuidara de mí en este camino tan maltrecho. Veo la luz e intento
aferrarme al amor aunque en determinados momentos, me puede la ira y el rencor,
ante tanta desidia, mentiras y promesas incumplidas. De nada me sirve pensar
que la vida pone a cada uno en su sitio si la justicia divina no existe, es una
entelequia. Debo estar así, fuerte, manteniendo esta carga a la espera de
soltar lastre, poco a poco, frente a la adversidad de tu duelo y esta soledad
que me invade con sus luces y sus sombras……
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