Debajo de la sombrilla lloraba su
pena. Y más allá donde se divisaba el puente, esa bruma lo ha invadido todo
tras la tormenta de verano. Su amante se fue aprovechando la confusión y ella
se quedó sola, ahuyentando las miradas ajenas por pudor. Sabía que tenía que
volver a su casa, pero no podía, lo había abandonado todo por él, así que se
tiró al rió buscando el consuelo de los seres del inframundo.
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