Ya solo pienso en la armonía de las
esferas cristalinas, reflejando el tiempo y la dimensión de un lugar donde debe
descansar el demiurgo, buscando nuevas formas que completen el equilibrio de mi
universo. Las palabras se confabulan con las frases, metidas en esferas que gravitan
en torno a una historia. De una a otra, las imágenes se reflectan, haciéndome ver
vidas que devienen de un pasado y otras que quedan difuminados por su futuro. Orbitan
como planetas en torno a un solo astro -la imaginación- que nunca se apaga, salvo
cuando le sea designado apagarse.
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