El
escarabajo aún no ha desprendido sus alas. Su cuerpo es regio, duro, resistente
al paso inexorable del tiempo. Es pequeño pero guarda en su interior,
fortaleza, constancia, humildad y conocimiento. Apegado a la tierra, sabe cuál
es su camino, designado por el misterio de una vida solitaria pero entregada a la
luz infinita. Sortea obstáculos con la entereza del espíritu que se torna
libre, buscando respuestas a los enigmas de la vida. Cuando desprenda sus alas,
lo hará de forma silenciosa, aglutinando sortilegios que le hagan superar el
miedo a lo desconocido.
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