En esta maleta, guardo el attrezzo de este continuo viaje entre otras identidades, cosmogonías del alma, personajes oscuros que se han vuelto luz. Soy actor, rapsoda de imágenes, embrujado por los conjuros de palabras que brotan desde la mascarada, atributo del inconsciente que se hace conciencia. Detrás de cada espectro, de cada máscara, hay una parte de mí y también una enésima del todo que se agita, transparente siempre, otra velada pero en ellas, me verás sublimando el dolor, despertando tu inquietud, solazando tu mirada. Esta maleta me sigue a todas partes, pues aprendí que uno debe ser protagonista de su propia vida, allá donde vaya el viaje de la experiencia estética.