Por amor perdió el juicio y
deambulaba llorando con su reflejo en la laguna. Su amante se había hecho el
seppuku para restituir su honor pero ella, murió sola entre las ruinas del
antiguo daimio, arrasado por las tropas del shogun enemigo de la felicidad
ajena. Dicen que el agua que rebosa esa laguna en época de lluvias, son sus lágrimas
y el viento su voz llamando al amante muerto.
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