Vistas de página en total

martes, 24 de abril de 2018





Mi alma es como una mariposa que intenta alzar el vuelo, suspendida en un árbol seco, cuyas raíces intentan aferrarse al suelo detrás del cristal. Es un alma abatida, contemplativa, sumida en el hedonismo y que espera enraizarse en la tierra. Sin embargo, es un ánima atrapada, aislada del mundo que circunda esas apariencias, los egos encorsetados, la adversidad, el intelecto despótico. A veces, quisiera que se rompiera el cristal pero tengo miedo, la belleza me escuda contra lo siniestro y lo siniestro me acompaña al acompañarme hacia la luz. Una vez se rompió el cristal, me dejó laxo frente a todo y me mantuve indemne pero otra vez, ese dolor recubrió mi alma escindida para reconstruirme, acristalarme, suspendido en la memoria del tiempo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario