Vistas de página en total

martes, 24 de abril de 2018



Rosas amarillas, mustias y demudadas. Rosas amarillas, disecadas por palabras mortecinas, lánguidas como sus pensamientos sombríos. Tristes rosas del color del amanecer, gama inerte del tedio, la decadencia que enquista el presente y fustiga el mañana. Rosas amarillas, viudas y funestas, soterradas, baldías, espinas del dolor que atormentan su alma enamorada. ¿De quién son estas rosas, pálidas y secas, casi ámbar? Son tuyas, las dejaste morir para aviar su recuerdo, quedarte con el anhelo y resplandecer de nuevo. Las abandonaste en el portal, de camino al tramo que te aleja de lo incierto, fatuo y desmedido, recordando que las rosas amarillas son también, armonía frente al caos, agradecimiento y obsequio a la vida, tu propia vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario