Nihil Obstat
Nadie
ni nada me acallará, ni siquiera con su mordaza silenciosa. He atravesado circunstancias
adversas pero de ellas, he salido, cuidando siempre mi paciencia por encima del
yugo opresivo y la marginación. Se empecinan en ponernos un precio, una tasa aritmética
con dígitos pero mi vida solo tiene un valor, la consistencia del esfuerzo, la
libertad de crear y dar validez a mis pensamientos. No aprenden nunca los
censores, no saben de subterfugios, muchas almas inquietas hemos solventado su “nihil
obstat”, convirtiendo palabras e imágenes en símbolos. Los censores son gente
triste, despreciables, abyectos, mediocres, adláteres de ideólogos,
tecnócratas, mediocres, movidos solo por el culto al desprecio por la dignidad
del individuo. Por eso, si me censuras, volveré a arremeter contra tu ignorancia,
convirtiendo mis palabras e imágenes, en una estética del absurdo que subyuga
la opresión del conocimiento.
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